Venecia, 19 de julio de 2021 – Por verla hay que buscarla. Una vez encontrada, la expresión que queda en la cara es de sorpresa y asombro. Encajada en las estrechas “calli”, la “Scala del Bovolo” - que en dialecto veneciano significa caracol - es uno de los monumentos más queridos de Venecia, debido sobre todo a su impacto, que pronto deja sin aliento. Quizás sea por su contraste de color entre el rojo de la terracota y el blanco de la Piedra de Istria, por sus seis plantas de logias la una sobre la otra, por sus ochenta escalones o por su terraza que, con sus 28 metros de altura, regala a cada cambio de luz un espectáculo sin iguales. Palazzo Contarini del Bovolo es una de las cinco joyas escondidas que pertenece al Ire, de la que nació la Fondazione Venezia Servizi alla Persona, que de hecho administra estos sitios. Una joya que hace parte de la historia de Venecia y que tiene sus raíces en la época de la Serenissima, que celebra los 1600 años de su fundación.
“Palazzo Contarini del Bovolo'' se remonta al 1300 – explica Edoardo Rizzi, de la Fondazione Venezia Servizi alla Persona. Originariamente era de la familia Morosini y fue construido como “casa fontego”, o sea un almacén donde tener las mercancías. Este lugar era perfecto sobre todo porque estaba muy cerca del canal, el cual se encontraba al otro lado del palacio”.
Fue Pietro Contarini, al final de 1400, el que quería construir esta maravillosa escalera. Pietro era el heredero de la poderosa familia Contarini, de la rama de San Paternian (que toma el apodo de la iglesia que surgía en lo que hoy se llama Campo Manin) de la cual procedía uno de los Doges de la Serenissima Repubblica: Andrea Contarini.
“Pietro Contarini quería construir la escalera por tener algo exclusivo en la ciudad – explica Rizzi – la Republica solía prohibir toda expresión de magnificencia hechas por las familias nobles de Venecia con tal de mantener el status quo político. Contrariamente a lo que establecian las reglas, los Contarini consiguieron construir esta escalera de caracol, la cual recordaba tanto el estilo renacentista cuanto el estilo bizantino. El Belvedere fue construido no sólo por el panorama sino también como símbolo del poder de la familia Contarini. De hecho, esta era la zona más céntrica y de moda de la ciudad: equidistante tanto de la Plaza San Marcos – corazón político y cultural de la ciudad – como de Rialto, centro económico por excelencia”
Los hechos que se desarrollaron en este palacio cruzaron cinco siglos de historia de Venecia y de hecho, muchas son las curiosidades relacionadas con ellos. La fachada posterior, por ejemplo, es la más decorada del palacio, aunque generalmente se solía decorar la de frente. Sin embargo, la fachada de frente de Palazzo Contarini se asoma al río San Luca y en cambio la fachada posterior - que se considera como la principal - es la que se asoma a Plaza San Marcos, que en aquella época era el corazón político de Venecia. De esta decoración, que fue sacrificada para construir la escalera, solo quedan pequeños restos en la pared. En fin, hay la cúpula de Belvedere, o sea la terraza de la que se puede disfrutar de una magnífica vista de la ciudad: justo aquí el astrónomo alemán Tempel, mientras observaba al cielo con el telescopio sobre la torre, descubrió el cometa C/1859 y la nebulosa Merope de las Pleyades.
ENLACE A LA ENTREVISTA