Todas las mañanas un equipo de 35 personas, entre yeseros y restauradores, sale y empieza del laboratorio, cerca del puente de los Pugni, para dirigirse cada uno hacia su propio taller. Cada día se realizan nuevas superficies y decoraciones, se restauran muebles antiguos, superficies interiores y exteriores de la construcción histórica, se actúa para guardar materiales de piedra y musivarios, superficies decoradas, estatuas y artefactos. Por tanto, cada día, se contribuye a proteger y a salvar Venecia y su enorme patrimonio artístico y cultural a lo largo de su prestigiosa historia larga 1600 años.
Los “Mr. Wolf” de la restauración, los solucionadores de problemas, forman parte de Unione Stuccatori Veneziani (Unión Yeseros Venecianos), naciendo en 2001 con un grupo de artesanos, discípulos del maestro yesero Mario Fogliata, para apoyar y mantener vivas algunas técnicas artesanales de la tradición veneciana que habían riesgado de perderse. Con los años Unisve ha crecido y ha ampliado sus propias competencias: no solo decoraciones de masilla y de restauración, sino también servicios para el arte de particulares y museos, para la planificación de espacios y montaje museístico, para intervenciones urgentes de puesta en seguridad y consolidación, para investigaciones estratigráficas y diagnósticas, para el mapeo de la degradación. Y mucho ingenio, mezclado con la práctica.
“Somos como Mr. Wolf de la película Pulp Fiction. Nacemos como yeseros y, luego, despacito, estamo incrementando cada vez más nuestro radio de acción y hacemos lo que el mercado nos pede al aplicar nuestros conocimientos que, al final, siempre son los conocimientos tradicionales y la experiencia, claramente – cuenta Guido Jaccarino, alma y director técnico de Unisve – principalmente trabajamos en Venecia, aunque ahora estamos entrando en acción también en las fachadas del castillo de Roncade. Son trabajos llegando de clientes que nos conocieron en Venecia y que nos estiman”.
El yesero es una figura antigua de la tradición veneciana, era el profesional trabajando junto con los arquitectos, canteros, pintores, carpinteros, y obreros para decorar con masilla y marmorinos, los maravillosos palacios de la ciudad. Una figura riesgando de desaparecer, desde la mitad del siglo XX, con la llegada del minimalismo y el cambio de los gustos y de los estilos. En cambio, Unisve logró darle importancia otra vez.
“Hemos intentado darles la vuelta a las orígenes de nuestra profesión y, poco a poco, lo hemos conseguido, gracias a nuestro maestro Mario, que escribió un libro también, “L’arte dello stucco a Venezia” (El arte de la masilla en Venecia), es decir el evangelio del yesero incluso a nivel mundial, porque es el libro principal desarrollando la técnica, el marmorino y la masilla – continúa el director – Ahora Unisve se ocupa de restauración de superficies, de la realización de nuevas decoraciones, sin embargo, según las técnicas tradicionales, y no solo usando la masilla: hemos retomado las tecnologías, con la ayuda de otros artesanos, estudiando los tratadistas, experimentando en el campo. Además, actuamos también en ámbitos diferentes, siempre manteniendo las técnicas tradicionales, pero de manera diferente de los estándares: aplicamos las técnicas de restauración en superficies modernas también o en las que acaban de construirse, intentando guardar en lugar de sustituir. A veces, tenemos que realizar unas instalacione o tener que ver con el desplazamiento de obras de arte, momentos en que aún así no usamos nuestras técnicas, pero siempre tenemos un equipo unido y la experienca como restauradores ayudándonos a llevar a cabo nuestro trabajo de manera adecuada. Lo bonito pasando durante los últimos años, es que Venecia ha cautivado diseñadores, decoradores, personas de nivel muy elevado, de todo el mundo. Lo que nos gusta es que estas personas llegan hasta aquí, buscan la tradición dentro del arte, nos escuchan y nos dan unos inputs para reinventarla con según su propio estilo. Entonces, conseguimos realizar cosas extremadamente modernas y complejas, para respetar el estilo de ests personas procediendo de todo el mundo, al utilizar tecnicas locales, de la milenaria tradición veneciana”.
El laboratorio, que un tiempo fue un “squero” (astillero) y luego una carpintería, es la “bottega” (tienda/taller) donde nace todo, en que se restaura, se preparan los materiales, donde se intercambian y nacen las ideas. Se trata también de un lugar en que tomar clases, en que Jaccarino ofrece cursos a los arquitectos para ponerse a prueba, para tocar la materia, para entender qué realmente significa restaurar. Porque él, tras su licenciatura en aquitectura, trabajó como albañil y si no conociera el yeso, la cal, el polvo, no sería capaz de entender por completo su propio trabajo actual. Los motivos por los que, por ejemplo, cuando la temperatura baja bajo los 5 grados es inútil trabajar sobre los enlucidos exteriores, porque no durarían.
“Entre muchos trabajos que llevamos al cabo, el que permanece en mi corazón son los últimos interventos en el Palacio Grimani, Domus Grimani 1 y 2 – comenta – Gracias a Venetian Heritage y al director del museo, confiando mucho en nosotros, logramos juntar todos nuestros talentos en un mismo lugar: hicimos el trabajo de los yeseros, de los restauradores, trabajamos con el equipo técnico, el que consiguió resolver una serie de problemas conectados con la conservación de obras de arte, e hicimos también unas nuevas refinaciones de alta calidad. En la primera década de 2000 trabajamos en villa Pisani en Stra, hicimos la fachada de la iglesia de los Tolentini y muchas intervenciones más en Venecia y en el territorio circunstante. Ahora estamos trabajando en algunas fachadas del Canal Grande, en la escalinata monumental de San Giovanni Evangelista, en el tablino de Andrea Palladio en las Gallerie dell’Accademia, estamos restaurando la parte exterior pintada con frescos del castillo de Roncade, además de trabajar en diferentes ambientes particulares. Llevamos algunos años ya trabajando también en cosas pequeñas, como la actual intervención en mesitas y marcos del siglo XVIII pertenecientes al Fai”.
Luego, hay trabajos integrales, los que comprometen todo el equipo en un trabajo incluso proyectual requiriendo soluciones ingeniosas y creativas: como la restauración de la Sala dell’Albergo (Sala del Hotel) en las Gallerie dell’Accademia, comisionado por Save Venice inc. en 2012, o bien haber puesto a salvo el lienzo de Tiziano, “Davide e Golia” (David y Goliat), al ser dañado durante el incendio afectando también la Basilica della Salute (Basílica de la Salud) en 2010.
“Lo que nos pregutamos al estar aquí es ¿qué podemos hacer para nuestra Venecia? - Jaccarino concluye – porque somos ya una realidad influyente en Venecia, recibiendo mucho de Venecia, y queremos devolverselo todo. Así, desde hace 2021, el 2 por ciento de nuetro balance lo devolvemos a la restauración de obras en la ciudad, y después hemos abierto nuestro laboratorio a la comunidad: en nuestra sala más grande realizamos presentaciones y damos cursos, en colaboración con Confartigianato, el Ordine de los Arquitectos y de las escuelas de restauración. Estamos interesados en hacer que los jóvenes obtengan formación y puedan llevar adelante los trabajos artesanales tradicionales venecianos que, de otro modo, correrían el riesgo de desaparecer”.