Biblioteca Querini Stampalia, el sitio amigo de los venecianos con un inmenso patrimonio de libros antiguos y modernos

17 January 2022

Milcuatrocientos manuscritos, 42 mil libros antiguos y prensa, entre raras ediciones de incunables y cinquecentinas, 3 mil incisiones y más de 350 entre cartas geográficas y planos, además de atlantes. Y un fondo moderno de impresión incluyendo más de 400 mil volúmenes. Es el patrimonio de la biblioteca Querini Stampalia, cada año frecuentada por una media de más o menos 62 mil usuarios. Un lugar “amigo” para los venecianos, los que consideran la biblioteca como una habitación añadida a sus propias casas.

“Los venecianos tienen mucho cariño por esta biblioteca porque estudiaron en este lugar – confirma la directora de la Funcación Querini Stampalia, Marigusta Lazzari – Los chicos, aquí, quedan, es un lugar de afinidad, de corazón, de casa. También el arquitecto Mario Botta venía aquí cuando era estudiante, porque es un lugar limpio, acogedor, un sitio cálido en invierno y fresco en verano, como establecido por Giovanni Querini, donde hay libros que no conseguía encontrar en otros sitios. Botta nos regaló su proyecto de restauración como muestra de agradecimiento por los años que había pasado aquí dentro”. 

En su testamento, Giovanni Querini dejó escrito que la biblioteca tendría que permanecer abierta “todos los días, durante horas en que las biblitoecas suelen estar cerradas, y de noche especialmente para complacer a los estudiosos”, un intento todavía manteniéndose concretizado gracias a una apertura diaria hasta la medianoche, incluso durante los días festivos.

Una biblioteca que siempre ha querido destacarse, como cuando, en 1938, tras la emanación de las leyes raciales, mantenió en su catálogo y en las estanterías los textos de autores judíos, enfrentándose a las normas que habrían querido su abolición. 

“Los venecianos conocen la biblioteca porque la frecuentan cuando son chicos y, con el paso del tiempo, crecen y aprenden a disfrutar también del resto  – Lazzari añade  – a los nuevos afiliados regalamos una entrada para el museo, para motivarlos a conocer todo lo que se esconde”. 

En los años Noventa, la biblioteca abrazó el Servicio bibliotecario nacional y su catálogo colectivo al hacerlo accesible a los usuarios de todo el mundo.

“El 10 por ciento del fondo moderno es accesible directamente dentro de las salas, el resto se encuentra en los depósitos y, por tanto, accesible con la solicitud en distribución; luego, tenemos un fondo antiguo importantísimo de manuscritos, incunables, cinquecentinas, grabados, impresiones, y dibujos. Entre ellos, el plan prospéctico de Venecia “a volo d’uccello” de Jacopo de’ Barbari – sigue la directora – la biblioteca es general y sirve de apoyo y de base para el estudio, después tiene unas secciones especializadas como el arte y la arquitectura, ambos venetas o no. Digamos que las biblitoecas universitarias hoy compensan todas las necesidades especialísticas sobre las asignaturas porque, claramente, son frecuentadas por los estudiantes de manera diferente, mientras que nosotros proporcionamos instrumentos de base y especialísticos solo de algunas asignaturas. Tenemos también un “parque para los periódicos” importante: además de 250 son las subscipciones anuales que proporcionamos. Se trata de revistas de diversos géneros, a partir de la historia hasta la literatura y las ciencias, porque esta es la característica de este lugar: ofrecer algo más”.

Entre las horas de estudio es posble tomar un descanso en la nueva cafetería o en el jardín de Carlo Scarpa, en que se entra casi en religioso silencio, para escuchar el burbujeo del agua al encanalarse en estrechos laberintos artísticos, donde nada es dejado al azar. Hasta las esencias y la alboreada marcando, con sus flores y su perfume, el largo paso de las estacions en un sitio pareciendo eterno.