Venecia, 9 de noviembre 2021 – Perfume a castañas asadas y de vino nuevo, cucharas de madera golpeteando las tapas de aluminio de viejas ollas, o de latas convirtiéndose en tambores. Los escaparaets de las pastelerías y de las mejores panaderías venecianas exponen los súper coloridos dulces de San Martín: galletas de masa quebrada, con diferentes dimensiones representando la forma del Santo y su caballo con la espada en la mano. Típicamente están decorados con glaseado, caramelos, monedas de chocolate, y las típicas pelotitas plateadas llamadas “spaccadenti” (rompe-dientes). Grupos de niños recorriendo las calles venecianas llevándose una corona de papel sobre la cabeza, cantando a voz en cuello la cancioncita de San Martín. En Venecia, el 11 de noviembre, se celebra así: calles llenísimas de ruido y de voces alegres de niños estando de fiesta. Lo que hacen los niños, asimismo, es pedir a los comerciantes algún caramelo o monedita.
En Venecia, la costumbre de celebrar el Santo tiene conexión con la presencia de a iglesia dedicada a San Martino di Tours, en el “sesitere” (barrio típico veneciano) de Castello, cerca del Arsenal. Todavía no se conoce exactamente en qué época se fundó la iglesia: algunos sostienen que remonta al siglo VIII, gracias a colonias longobardas o a familias ferrareses escapadas del su país de origen. Según la tradición, en cambio, parece resalir a los siglos VI y VII. Ciertamente, se sabe que la devoción hacia el Santo patrono surge cuando la iglesia guardaba algunas reliquias del caballero converso, entre ellos un trozo de túnica, una falange, y una tibia. Esta última fue entregada a la Scuala Grande di San Giovanni evangelista a cambio de una cantidad de dinero útil para la restauración de la iglesia, y sin embargo, de la obligación de volver a traer la reliquia a través de una larga procesión a lo largo de Venecia, a partir de la Scuola Grande di San Giovanni hasta la iglesia de San Martino. El Santo está presente también en algunos elementos exteriores de la iglesia misma: en la parte superior del aguilón, en el extremo, se ecuentran las estatuas de San Martino Vescovo y de San Martino Papa, mientras que a la derecha hay un bajorrelieve del siglo XV representando San Martín al donar su capa al pobre hombre.
La celebración de San Martín está conectado a una leyenda antigua en la que se destaca el protagonista caballero, Martino di Tour, cristiano converso. En un día de noviembre, con frío y lluvia, Martín encontró, en su camino, un pobre hombre cubierto de harapos y temblando por el frío. Martín no tenía dinero consigo y, no sabiendo cómo ayudarle, cortó su capa en dos y se lo donó al mendigo para que se calentara. Tras esta acción benévola, de pronto, el cielo se volvió limpio, paró de llover y salió el sol, como si fuera verano. A través de esta leyenda deriva la definición “verano de San Martín”, frase con la que se hace referencia a los días calurosos y serenos de noviembre. Martín, durante la misma noche, tiene un sueño en que reconoce Jesus en la figura del mendigo; al despertarse volvió a encontrar su capa intacta. Martín se murió el 8 de noviembre del 397 y su enierro se celebró el 11 de noviembre, datación simbólicamente crucial para el acmino interior perseguido por cada cristiano hacia la Navidad. Contrariamente, según la tradición regional italiana, esta ocasión se convierte en una celebración popular.
De esa manera, en la ciudad de Venecia y también en los demás territorios de la provincia, desde hace algunos años, ya se ha vuelto típica la preparación del dulce de San Martín, antiguamente inventado por los panaderos venecianos y siempre presente en las mesas de los habitantes. En el pasado, la forma de la galleta tenía dimensiones menores, con una masa quebrada más crujiente respecto a la actual y con una capa de chocolate; hoy, en camio, la masa quebrada es mucho más friable y está adornada con muchas decoraciones: del glasseado real a los chocolates, de los confites multicolores a los caramelos por cada color y consistencia.
A diferencia del centro histórico y de las islas, en muchas fracciones del Ayuntamiento de Venecia se celebra San Martín recordando el así llamado “capodanno contadino” (año nuevo campesino). Su característica principal es la de celebrarse a lo largo de las calles comiendo castañas y bebiendo vino, en el periodo en que se acaba la coshecha y la gente descansa después del duro trabajo a contacto con la tierra. En el mundo de la agricultura, de hecho, la celebración de San Martín está conectada a la tradición, en este periodo, del espitado de los barriles del nuevo vino de añada. Por consiguiente, nace la expresión “A San Martino ogni mosto diventa vino” (En San Martín cada mosto se convierte en vino).